400 gr de lentejas pardinas
50gr de calabacín cortado muy pequeñito (sólo la parte verde)
50gr de cebolla picada
2 dientes de ajo picados
80 gr de champiñones cortados muy pequeñitos
Una zanahoria cortada igual
Tres tomates triturados y colados
Laurel, tomillo, sal y pimienta al gusto
2 lonchas de beicon finamente picadas
2 cucharadas soperas de sobrasada
3 hojas de apio picadas como si de perejil se tratase
Algunos tropezones de embutido curado (jamón, chorizo, longaniza...)
2 litros de caldo de gallina suave (agua, en su defecto)
Juntar todo en frío y llevar al hervor, cocer lentamente hasta que las lentejas estén bien tiernitas. Al acabar, justo antes de servir añadir un chorrito de aceite de oliva vírgen, del bueno. Unas gotas de vinagre le alegrarán el día al guiso, dándole una acidez más que necesaria.
Acompañar de una buena guindilla en vinagre.
Hacer siempre cantidad suficiente para que sobre y al día siguiente añadir un poco de arroz blanco hervido o unas patatas hervidas. Después del reposo nocturno están mucho más ricas.
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